"EL ENGAÑO DEL CIENPIES"
Cuando me enteré que el bichito llamado “ciempiés”, en realidad solo tiene veintiuno de cada lado, lo que hacen un total de apenas cuarenta y dos, fue un golpe muy grande que la vida le asestó a mi credulidad. Yo creía, señor, francamente, creía que tenía cien, y si bien me parecían muchos no tenía por qué dudar. Debí darme cuenta que no era lógico que ese minúsculo insecto tuviera tantos pies en tanto que el pulpo, semejante animal, tiene apenas ocho tentáculos. No hay relación entre una cosa y la otra, pero la naturaleza tiene sus caprichos y yo se los respeto porque también yo, como cosa bastante natural que soy, tengo los míos y los defiendo. Yo sabía desde niño que el pulpo tenía ocho tentáculos porque lo leí en “Los trabajadores del mar”, que un pulpo brutal le agarra el brazo a un tipo que mete la mano entre unos rocas abajo del agua, y no lo quiere soltar. Y eso de que cada tentáculo tuviera dos filas de ventosas, que se lo podían chupar como si fuera un huevo con un agujerito en cada punta, me impresionaba pilas. Pero yo sabía que no era fácil que me topara con un pulpo, porque yo iba a la Playa Ramírez y nunca escuché a nadie decir “Cuidado con el pulpo que te chapa una gamba”. Lo que había, y eso cada tanto, cuando se salaba el agua, eran “drymonemas”, que viene a ser el nombre pituco de las “aguaviva”, que es como una baba boba que si te toca te da picazón, pero si uno le pega un manotón se raja, porque no es de atacar. Pero a lo que yo me refería era al ciempiés, que de esos sí que habían, y hay. Suele aparecer debajo de una piedra, saliendo de un zócalo de la pared, de entre los libros, en el rollo de papel higiénico (mentira, ahí nunca vi), en el jardín, qué se yo, donde menos se piensa aparece el ciempiés. Y yo si lo veo lo reviento, porque sé que pica, y porque aunque él no tenga la culpa, me tuvieron engañado años con una diferencia de cincuenta y ocho pies. Esas cosas se pagan, señor. No será muy ecológico lo mío, pero yo lo veo y lo reviento. Y que vaya a cantarle a Gardel.
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