Crítica de cine:
"TODO ESTA POR VERSE"
Hemos visto el film de origen dinamarqués "Las nubes vuelan bajo", cuyo título debidamente traducido debió ser "Ver para entender". Tal como nos tiene acostumbrados el cine danés, la acción se desarrolla en Noruega donde la borrasca característica de los países escandinavos hace más factible y menos visible el desarrollo de toda la película. En medio de la espesa cerrazón es posible suponer que hay una mujer que no encuentra la llave y se ve obligada a entrar a su casa por una ventana que da a un sótano donde un fanático ha instalado un reñidero de gallos. La fugaz aparición de uns peñascos castigados por un vendaval (que podrían simbolizar las crestas de los gallos) nos recuerda sospechosamente "Cumbres borrascosas". De alguna manera esto no concuerda con la síntesis que figura en el programa, según la cual se trataría de una fiesta al aire libre con motivo del casamiento de la hija de un duque asesinado durante un brindis a la salud de los novios. No obstante, sin nos atenemos a la novela en que está basada la historia fílmica, ("Pasión por el desborde"), las escenas donde se cree percibir entre la niebla una persecución de varios patrulleros en pos de una camioneta cargada de drogas, es en realidad una de las secuencias más eróticas de las que son activos protagonistas el jardinero del palacio, el chofer de la embajada polaca y una coleccionista de jardineros y choferes. Este critico, que no pretende presumir de tener una vista de lince, creyó ver, dentro de lo que el escenario del film posibilita, una llave oculta en un jarrón chino, que permitiría aceptar la tesis de la mujer que tiene que entrar por una ventana, en tanto el supuesto reñidero de gallos es, indudablemente, un tanque de la Segunda Guerra Mundial cuyo cometido se diluye un tanto al confundirse su mecanismo de tracción con la cremallera que el novio ayuda a correr en un vestido que debemos suponer es de la novia, por más que el rostro que se adivina podría ser el del chofer de la embajada polaca. La borrasca, la bruma, la niebla, la cerrazón, son, en realidad, los verdaderos protagonistas, y posiblemente, quien pretenda ver otra cosa y sacar alguna conclusión de todo lo mucho que no se ve, no ha comprendido la verdadera intención del director que, en definitiva, logra una obra que creemos firmemente debiera verse.
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