Hablando claro
Hombre que supo ser asunto serio pa los chismes, fue un tal Palmario Digesto, que pa un fin de año armó flor de barullo por culpa de un repollo. En realidá, mucha de la culpa la tuvo Saludable Mojito que le fue con el cuento a Dromedaria Latuna, la casada con Hermetico Pitanga, uno que arreglaba calentadores a domicilio pa poder meterse en las cocinas y dispués salir hablando. Que un día en el boliche El Resorte se encontró con Dislocado Cachete, y Dislocado se lo dijo, pa que no fuera pavo, y el otro se ofendió y le retiró el saludo y se demoró como un mes en devolverle la carretilla. Pa pior, Palmario Digesto no sabía nada del repollo y la mujer no se lo quiso decir pa no enemistarlo con el cuñado, Catacumbo Tresmil, que andaba atravesado con el boticario porque le pidió la balanza pa pesar unos lechones pa Noche Buena y el otro se la negó, y cuando iba saliendo, va y se topa con el negro Patito que pasaba con una escalera de dos hojas y le salió con el asunto del tobillo que se lo había torcido, que no tenía nada que ver porque se lo torció al caer mamau en una zanja cuando volvía del velorio del viejo Catalejo Requeche, que el viejo se murió de alegría cuando estaba por cumplir las bodas de oro y la mujer le avisó que se le iba con otro, cosa que el viejo había estado esperando desde hacía cuarenta y nueve años y no se le daba. Pero el que armó la confusión, para ser francos y en honor a la verdá, fue Pituitario Bochorno, porque en lugar de callarse la boca, no señor, le fue con el chisme a la mujer del rubio Liliano Topo, sabiéndo como sabía que la mujer tenía lo suyo con el sobrino de Lívido Scheferbrum, el menor de los Scheferbrum, que había llegado pa hacerse cargo de unos campitos y sin comerla ni beberla se vio metido en aquel toletole y se puso malísimo, y con razón. Diga que esa misma noche llegó Carcomido Postrero y lo agarró a uno por uno y les explicó bien como eran las cosas, que si no es por él, en fija que se arma. Con todo, a Palmario Digesto nunca le quedó claro el tema del repollo, y dicen que esa, se la tiene guardada.
® Todos
los derechos reservados
>>
Ver más
cuentos de Don Verídico ...
|