Llamen a los bomberos
Hombre complicado para ciertas cosas, Embutido Escoria, que vivía con la mujer, tres hermanas y dos cuñadas, todas solteras gracias a Dios y al buen gusto del gauchaje. Un hombre, Embutido, que después de almorzar se echaba a dormir un rato y a continuación se mandaba una buena siesta. Para peor sonámbulo, que es una condición que se ha ido perdiendo por culpa de la televisión, que como cualquier abombado sabe es responsable de cosas terribles como ser el frió por sensación térmica y el gran hermano bobo. La verdad que habría que difundir la ventaja del sonambulismo, así la persona no pierde tiempo, porque sin dejar de dormir va y pinta el taburete, o desgrana choclos, o sale a cazar mulita y cuando llena la bolsa vuelve y sigue durmiendo y al otro día encuentra todo adelantado. Sonámbulo después del mediodía, el que le digo, para lucirse, porque sonambulear de noche no tiene gracia y nadie se entera y es como si nada. Pero si se pone a caminar sonámbulo por los techos a media tarde clavau que vienen los bomberos para bajarlo, porque los bomberos van quedando para eso nomás, porque el extinguidor con espuma viene matando el oficio, porque usté antes iba a un teatro y había un bombero de verdá, con el hacha en la cintura y el casco que le brillaba, que tanto le controlaba que no le fumaran como podía hacer un protagónico si el actor se enfermaba, porque el bombero se sabía la obra de memoria de tanto estar allí. Ahora no. Ahora hay un extinguidor colgado, incapaz de hacer un don Zoilo, por decir uno fácil. Y Embutido Escoria fue una tardecita y se subió al techo del boliche El Resorte y se paseaba de brazos estirados, en un ir y venir con un ruidaje que hasta las arañas le chistaban, y no dejaba jugar al truco. Como los del Resorte no son de llamar gente con uniforme, va un vecino y llama a los bomberos y le mandan el Cuerpo Especializado en Sonámbulos Diurnos. Ahí, cuando la Duvija escuchó la sirena se pintó los labios y los cachetes color fuego, pa ver si ligaba un tratamiento. Llegaron bomberos con escalera de dos hojas, pa bajar gente de techos de dos aguas, y para no despertar al sonámbulo de golpe, porque es malo, subieron con un catre y lo bajaron dormido y lo llevaron para la casa. Fue la solución para la familia, porque dos por tres le caían los bomberos con el sonámbulo, y bombero que llega, bombero que se toma unos mates, y una cosa trae la otra, se fueron casando las tres hermanas y las dos cuñadas que ya estaban quedando para vestir santos. Después se supo algunos padres con muchas hijas, se hacían los sonámbulos por los techos y llamaban a los bomberos.
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